9 dic 2009

Cocinillas, el hogar portátil

Con mayor frecuencia vemos ahora a los kayakistas de mar saliendo en toda temporada y por varios días, recorriendo lugares a veces alejados y sin comodidades. Esto quiere decir que llevaremos con nosotros entre otras cosas, nuestra casa y cocina.

El fuego tiene la particularidad de darle al lugar donde pernoctamos un aura de residencia, de ahí el término hogar (derivado del latin focaris y este de focus: fuego).

Si bien podriamos hacer un fuego con leña para cocinar, este normalmente tiene una connotación más bien ritual, la ceremonia del asado, además de una serie de contraindicaciones ambientales De mucho mayor valor práctico encontramos al humilde anafre, hoy convertido en un indispensable y sofisticado aparato. Son más eficientes que un fuego para producir una comida caliente en corto tiempo y en cualquier lugar.

Pero, cuál escoger? Gas? Bencina? Alcoholes? Madera?

Las cocinillas a gas
queman una mezcla de butano y propano que viene en un cartucho presurizado. La necesidad de usar esta mezcla radica en que, siendo el butano más eficiente y limpio, tiene un punto de ebullición más alto, requiriendo más presión. La mezcla con propano permite usar recipientes a menor presión (i.e. más livianos). Son tan fáciles de usar que hasta un homínido urbano es capaz de encenderla en segundos y algunos modelos traen incluso ignición piezoeléctrica para evitar el olvido de los fósforos.

Los cartuchos modernos son además enroscables, lo que permite removerlos sin que se haya terminado el gas y las cocinillas en sí son bastante compactas e incluso económicas, siendo el costo (y el peso) del cartucho de gas el mayor inconveniente.


Para todo efecto práctico, al nivel del mar y con temperaturas sobre 0, no tiene desventajas importantes, salvo tal vez, que la mayoría de los modelos se enroscan sobre el cartucho, dando un perfil alto, que es más inestable y difícil de proteger del viento.


Las cocinillas a bencina, como la clásica MSR, ubicua en los ambientes de montaña, queman usualmente bencina blanca, pero hay modelos multi-combustible que funcionan además con petróleo diesel, bencina para auto, o parafina. Esta es la elección de los viajes largos, a lugares remotos (donde no es posible obtener cartuchos de gas), o en ambientes con temperaturas bajas.


El principio de funcionamiento de estas cocinillas se basa en gasificar el combustible líquido, para posteriormente quemarlo. Esto se logra usando una botella con una bomba que la presuriza y un diseño que permite que se vaporice la bencina liquida pasando primero cerca del calor del mismo quemador.


Requieren mayor pericia para armarlas, y requieren ser “encendidas” antes de que den una llama limpia y pareja. Tiene buen rendimiento a bajas temperaturas o con viento, y dado que la botella está separada del quemador, ofrecen un perfil más bajo y normalmente vienen con una tapa viento de aluminio.


Las principales desventajas, son la dificultad de uso ¿?, son más lentas de encender y son además más caras. También exhiben distintas personalidades dependiendo del modelo y requieren limpieza y mantenimientos periódicos para mantenerse en buenas condiciones.

Nótese que en los viajes en avión, los combustibles no son permitidos en el equipaje, así que tendremos que comprarlo en el lugar de destino, bencina o gas.

Una opción más mística es la cocinilla de alcohol, liviana, limpia, silenciosa, simple, ecológica… con el único problema de su limitado poder calórico que la excluye de muchos ambientes. Hay sin embargo marcas como Trangia, que la han comercializado con éxito por muchos años y es una opción a considerar. Lo más notable es, tal vez, que podemos construirlas nosotros mismos dándole otra dimensión a la autosuficiencia.
En climas relativamente secos y donde es posible conseguir leña (orillas de ríos o mares de lugares boscosos), la cocinilla de madera aún sigue siendo una buena alternativa para los viajeros ultralivianos. Un regreso a lo primitivo, a la belleza del fuego, a cocinar con el combustible que vamos recogiendo… una conexión con nuestros genes ancestrales.

Estas cocinas son simples, no necesitamos llevar combustible y son mucho más eficientes que una fogata. Hay diseños elegantes, livianos y de muy buen rendimiento. Incluso hay modelos ultra compactos que incluyen un mini ventilador operado con una pila AA, que hace que encender el fuego sea un simple trámite u otras de doble cámara para una combustión más eficiente. ¿Desventajas? Ollas tizanadas y olor a humo.

Mi preferencia personal, Brunton Lander, híbrida que usa bencina blanca o gas, sin cambiar ninguna pieza. Gas para salidas cortas, bencina para expediciones o lugares fríos. Lo mejor de ambos mundos.

En resumen, no importa el combustible, la marca o el lugar, “Donde haya lumbre y vino tengo mi hogar ”.

Vagabundísticamente
Martín
Instructor de Kayak de Mar
martin@ecodeporte.cl

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