5 jun 2009

Bajando el Rio Maule

Bajando el Maule
Un entretenido panorama nos ofrece el Río Maule, en la zona central del país, a los kayakistas de mar que -sin desmerecer nuestra naturaleza- podemos disfrutar de las bondades de transportarse gratuitamente ayudados por la gravedad en un recorrido de más de 90 kilómetros desde la carretera hasta el mar.
El ya no tan lluvioso río Maule, otrora frontera del dominio incaico, está hoy interrumpido por el embalse Colbún, que regula su cauce de acuerdo a los caprichos de consumo energético de las grandes urbes.
No impide esto que podamos disfrutar de gran parte de su recorrido, desde el cruce con la ruta 5 Norte hasta su desembocadura en el mar en la ciudad de Constitución.
Este tramo, apto para kayakistas de nivel intermedio, se puede iniciar bajo el puente de la carretera panamericana, pudiendo también iniciarse en los afluentes Loncomilla y Río Claro.
La bajada se inicia con aguas rápidas, que serpentean en un cauce variado, con múltiples brazos, zonas de baja profundidad y algunos rápidos, fáciles de manejar para un kayak de mar. Dependiendo del nivel del río, estas condiciones pueden variar notablemente de un día a otro.
En un par de horas, estaremos en el cruce con el río Claro, una de las partes en las que hay que tener algo de cuidado, ya que el río se encuentra con una pared de piedra y a la vez con el cauce del río Claro, formando una zona de turbulencia y remolinos.
Continuamos en un río cada vez más amplio y sereno, sin perder por ello la velocidad de sus aguas. El río es ahora acompañado en su trayecto hacia el mar, por el ferrocarril de Talca a Constitución, todavía operativo para carga y pasajeros y con viajes diarios en ambos sentidos.
Un par de horas más de remo, nos llevan hasta la estación de tren de Curtiduría, donde podemos hacer una parada para disfrutar del vino pipeño de la zona. Otra hora más, nos llevan a la estación de González Bastías, donde aún persiste un pequeño poblado, oxidándose junto a los antiguos vagones de tren. Este lugar, también llamado “infiernillo” fue en tiempos idos una parada obligatoria para los faluchos que navegaban el Maule y que no pocas veces naufragaron en esta zona de rocas y neblina.
Pasado este punto, hay excelente lugares para acampar estando prácticamente a mitad camino, en términos de horas de remo.
El río va perdiendo velocidad y ganando caudal, acercándose a la cordillera de la costa. Cuando crece el caudal, esta zona presenta muchos remolinos causados por el choque de las aguas con las paredes de roca labradas por la corriente, pero fáciles de evitar por lo ancho del cauce.
El cruce de la cordillera es un espectáculo de agua, rocas y vegetación convergiendo vertical y horizontalmente, para terminar en un río prácticamente plano, casi una laguna, donde nadan plácidamente cisnes de cuello negro.
De aquí en adelante hay que remar para avanzar. En las últimas dos horas de remo, ya se siente la influencia de la marea y del viento marino, que puede incluso levantar olas entrantes en este último tramo de la travesía.
Al cabo de unas 6 horas de haber salido de González Bastías, estaremos atracando en Constitución hoy ciudad maderera, antes principal astillero del país. Este trayecto es posible hacerlo en cualquier época del año, pero si queremos compañía, a finales de septiembre se organiza la Regata del Maule, en la que participan kayaks, canoas y otras embarcaciones.
Fluvialmente,
Martin
Instructor de Kayak de Mar
martin@ecodeporte.cl



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